Elegimos nuestro trabajo.Nuestra pareja...

Elegimos nuestro trabajo, nuestra pareja...

Muchas veces llegan a nuestras consultas personas aquejadas por la vida que tienen, una relación que dicen no les satisface, un trabajo que dicen no es el que les gusta y que ellos no lo eligieron. Aquí, probablemente, uno de los pasos de trabajo mas importantes es hacernos responsables, que no culpables, de la vida que tenemos y para que, por que aceptando lo que tenemos es la única manera en que podemos transformarlo, porque si no hemos tenido o tenemos otra cosa, sea quizás porque el goce lo obtenemos en la queja o en la insatisfacción o en la inmovilidad, porque el sujeto, el humano, goza con la repetición, independientemente de lo que se repita. En otras ocasiones hemos hablado de que no hay engaño posible para el inconsciente, que si tenemos un trabajo miserable habremos de preguntarnos en que medida somos nosotros responsables de la miseria de ese trabajo, porque hay ocasiones, o mejor dicho, la mayor parte de las ocasiones esperamos que las cosas cambien, pero sin tener que hacer nosotros nada, esperamos que cambien las circunstancias, esperamos que cambien los otros, pero nosotros no estamos dispuestos a cambiar. A veces no entra esa posibilidad en nuestro modo de pensar, cuando habría que plantearse que la realidad cambia, cuando cambia mi mirada de la realidad. Una parte importante de la terapia psicoanalítica pasa por poder aceptar eso, sin buscar culpables ni explicarlo con nuestra mala suerte. Incluso la suerte hay que buscarla a riesgo de encontrarla o no, ya que nuestros culpables suelen ser de lo más variopintos: desde nuestros padres, nuestro paso por la facultad, nuestros jefes, los compañeros de trabajo....

Lo que hemos de tener en cuenta es que uno elige su manera de vivir y también puede elegir otra manera si así lo deseamos. No digo que sea una manera fácil, pero si posible. Crecer siempre produce una cierta incomodidad. Los beneficios, por muchos que sean, han de ser aceptados y tolerados por nosotros mismos y salir de la frase “virgencita, virgencita que me quede como estoy“ o “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” y ahí está la paradoja; luego si quiere poder aquello que ha querido psicoanalícese y sabrá de su deseo y tendrá una vida más vida, más plena.

M. Carmen García Mateos

psicóloga -psicoanalista

Tf: 651831296